"Nunca te dejaré solo"
dijo antes de despedirme
y ver su mano como si fuera una vela
levantada al viento
desapareciendo en la oscuridad.
¿Pero cómo podría yo pensar
que alguien iba a estar
escuchando lo que digo?
Si cuando estoy con ella
no oigo nada, solo suspiros
y mi mirada se clava en la suya
y no quiero hacer ningún ruido
ni siquiera respirar,
solo mirarla y ya está,
con eso ya me doy por convencido.
Es ella, la chica de las palabras
la sonrisa que alimenta con migajas
a este alma ya cansada,
que lo quiere todo y no quiere nada,
que se siente como un niño
jugando en el recreo al salir del aula.
Ella es la musa de mis poemas
una extraña compañera
una paloma mensajera que
viene y va y luego vuela.
Una carta en el buzón
sin remite ni dirección
pero que al corazón que la espera
llega.
Es mi musa y se lo digo,
y oigo su risa y me asombro...
"Nunca te dejaré solo" recuerdo
aunque en verdad no sea verdad.
COMUNERO