Pienso en la escuadra del camino,
en el ángulo donde se bifurcan nuestras vidas,
donde dejé que encajaran otros sueños,
mortandad y sepelio inconsciente de mi amor por ti.
Pienso en tus manos,tan nuevas ahora,
tan ajenas a aquellas que buscaban mi amor,
tan lejanas a aquellas que sembraron mi calor,
tan presentes ahora en la añoranza de tu voz.
Pienso y sueño,
con el verdugo que juega al destino,
que se divierte en su estudio de las parcas
y mide meticuloso el ambiente de nuestros tiempos,
el mundo de caminos que nos alejan más y más.
Pienso y encuentro, un rostro imaginario,
el eco de tu voz justiciera en el silencio de los cielos,
cielos perseguidos acuñados por los hilos,
hilos sujetos al mar de tu par invisible y presente.
Pienso, si,
en tu faz escondida y en mi huerto de cariños,
en el temporal que golpea insistente ésta tregua de esperanzas,
y comulgo con tu cielo y su mar en el horizonte del encuentro,
con éste pensamiento que se ha vuelto mi sueño predilecto.
Apocalypsis.