
LA NOVELA
Fue una noche
como una noche cualquiera
ahí estaba callado,
mirando al cielo
como si nada.
Esperando
que alguien lo mirase
yo
me acerqué.
Se puso serio.
Se quedó espectante.
Un poco nervioso
me dejó levantarlo
y se echó a reír.
Fui pasando una hoja,
y otra, y otra,
y a medida
que pasando iba
me sumergía
en sus profundidades.
No quería que acabara,
no quería que tuviera fin.
Así corrían las horas
y las horas para mí
no corrían.
La emoción,
la ternura,
el suspense,
la amargura,
el maldito,
la heroína,
una especie de camino
que parece que se vislumbra
y cuando acabé
un gustito en la boca
como si hubiera probado
un manjar sutil.
COMUNERO
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