He abierto mi ventana esta mañana, sólo para comprobar que había salido el sol.Y ahí estabas tú. Desde mi ventana todo se ve tan lejano, tan pequeño, tan oscuro…pero observo que todo tiene vida y que, irremediablemente, todas esas vidas giran, de alguna manera, en torno a mí.Soy la que da vida a la palabra inerte, me doy cuenta que la palabra “casa” no tiene valor si no es conmigo; que la palabra “amor” no late si no lo siento; que la palabra “quiero” no vale de nada si no lleva tu nombre y el mío… Y caigo de nuevo en la cuenta, la cuenta de la vida, aquella que me ha relegado a un penúltimo puesto en su ranking, que sólo me llevaré el premio de la consolación y un “gracias por participar”… Y qué triste me siento, violado desde mis adentros, al saber que te arrastro conmigo, saber que tu propio destino que has elegido es el de la autodestrucción junto a mí; ése es el mío, destino… Aún así, considero que no hay mejor sino que el que me da la vida en conjunto contigo, que prefiero luchar en esta batalla a brazo partido, pero a tu lado; que quiero respirar ese aire que a ti te da la vida aunque yo me asfixie…Y al fín, vivir sin más, sin menos… Y entonces, sólo entonces, determino que soy tan estúpida creyendo ser yo el centro del mundo cuando, en realidad, mi centro desaparece si tu estás aquí. Sólo entonces averiguo( para darme otra palmada en la frente ) que la realidad, esa que me da la vida, esa que mueve montañas y que clarea el abismo; ésa eres de nuevo tú… Mañana, con la misma premura, volveré a esa ventana para respirar mi bocanada de vida…Ahí espero encontrarte…
Antaño
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