Un hombre que siempre molestaba a su mujer, pasó un día por la casa de unos amigos para que lo acompañaran al aeropuerto a dejar a su esposa que viajaba a París.
A la salida de inmigración, frente a todo el mundo, él le desea buen viaje y en tono
burlón le grita:
- ¡¡Amor, no te olvides de traerme una hermosa francesita Ja ja ja!!
Ella bajó la cabeza y se embarcó muy molesta.
La mujer pasó quince días en Francia.
El marido otra vez pidió a sus amigos que lo acompañasen al aeropuerto a recibirla.
Al verla llegar, lo primero que le grita a toda voz es:
- Y amor ¿¿me trajiste mi francesita??
- Hice todo lo posible, - contesta ella - ahora sólo tenemos que rezar para que nazca niña.
VENGANZA NUMERO 3
El marido, en su lecho de muerte, llama a su mujer. Con voz ronca y ya débil, le dice: - Muy bien, llegó mi hora, pero antes quiero hacerte una confesión.
- No, no, tranquilo, tú no debes hacer ningún esfuerzo.
- Pero, mujer, es preciso - insiste el marido - Es preciso morir en paz.
Te quiero confesar algo.
- Está bien, está bien. ¡Habla!
- He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.
- Lo sé, lo sé ¡¡¡Por eso te envenené, hijo de puta!!!