La noche muere en blues y sirenas
de barcos lejanos,
en muelles azules y húmedos,
en octavas de octavas
desesperadas por alcanzar las alturas
que tu cuerpo les propone
en baño de plata y negro,
en carmesíes de labios esquivos y entregados,
en lucha con el alba que viene
para romper tu magia, hechicera nocturna, hechicera...!
Sigue con tu lamento, blues, te lo imploro,
y que la noche venza a las luces
para perpetuarse en el argentum
de espasmos y texturas que ha propuesto
la hechicera,
mientras los barcos han callado
para que se oigan sus conjuros.
Antaño..!
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