LAS PROMESAS DE HOY
todas las promesas se cumplen en la persona y mediante la obra del Señor Jesucristo
Hch 13.23; 29-39). Por su muerte efectuó la reconciliación (Ro 5.10), y los suyos
recibieron en Pentecostés "la promesa del Padre" (Lc 24.40; hch 1.4).
La promesa dada a Abraham es, conforme le fue dicho a él, de bendición para todas las
familias de la tierra; se apropian de ella todos los que por la fe vienen a ser hijos de
Abraham (Ro 4.9-16). La promesa de la vida eterna (1 Jn 2.25) que es en Cristo
(2 Ti 1.1) será manifestada de una manera plena cuando seamos recogidos por Él
cuando vuelva para tomar a los creyentes consigo (Jn 1.1-4). "Porque todas las
promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén ( 2 Co 1.20).
El último libro de la Biblia cierra con una promesa que debe llenar de esperanza y
expectativa el corazón del creyente: "El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve, amén; sí ven, Señor Jesús" (Ap 22.20)