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Dios le busca el Devocional Hablado
En una región montañosa del Kurdistán (parte de Turquía, Irak e Irán) todavía reina la costumbre de la «venganza de la sangre». Durante una querella, un hombre mató a otro y en seguida se fugó, persuadido de que el hijo de su víctima quería vengar a su padre. Y efectivamente, éste se puso sobre la pista del asesino.
La persecución duró varias semanas, hasta el día en que el fugitivo, agotado y hambriento, se durmió de cansancio, sin haber hallado un escondrijo seguro. Se despertó sobresaltado al sentir una mano sobre su hombro. Entonces capituló, diciendo: –No doy más, ya no puedo huir; mátame ahora mismo; es lo que merezco. Entonces el hijo de su víctima le respondió: –Escúchame; no te perseguí todo este tiempo para vengarme, sino para decirte que soy cristiano. He aprendido lo que es el perdón. Ven, vuelve conmigo y vivamos en paz.
En este mundo muchas personas son como ese homicida. Conscientes de haber ofendido a Dios con sus pecados, quieren ocultarse y no tener nada que ver con él. Pero Dios no las abandona; Él quiere encontrarlas no como Juez, sino como Salvador. Ofrece su perdón a todos los que sienten la necesidad de ello y aceptan que “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Dios quiere liberar a cada ser humano del peso de su culpabilidad y de su temor a un justo juicio.
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