En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«Estuve a punto de quitarme la vida. He pasado noches sin dormir, llorando sin que nadie me viera. [Soy un hombre joven.] Son ya casi dos años de estar con una depresión.... He perdido el trabajo y mis estudios. Me duele el cuerpo.... Me siento muy débil.
»¿Cómo hago para salir de esto, si con cualquier tropiezo que tenga me vuelvo a sentir mal y vuelvo a lo mismo? Necesito ser feliz, volver a sonreír como antes, a darle sentido a mi vida. ¡Por favor, ayúdenme!»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»¡Lamentamos mucho que lo haya estado atormentando la depresión! Casi nadie puede comprender lo que usted ha estado sufriendo, pero hay centenares de miles de personas que han sufrido enfermedades muy parecidas y han logrado volver a sonreír. Estamos convencidos de que usted también puede lograrlo.
»La depresión es una enfermedad confusa. Casi todos los adultos han experimentado momentos de tristeza, apatía, fatiga y desesperanza.... [Sin embargo,] la depresión que sufre usted no depende de las circunstancias en que se encuentre, sino que pudo haberse iniciado a causa de una situación desfavorable; pero luego los neurotransmisores, las sustancias químicas en su cerebro, se apoderaron de él y han llegado a ser la causa directa de su enfermedad constante. Los síntomas suyos se deben a esas sustancias químicas y no a sus pensamientos ni a alguna grave enfermedad en su cuerpo. Por esta razón usted no puede sentirse animado o imaginarse recuperado hasta lograr la sanidad, reaccionando tal como quisiera.
»Usted no nos dice si ha consultado a un médico, o si ha tratado de obtener medicamentos para regular las sustancias químicas en su cerebro. Con frecuencia muchos en su situación no buscan la ayuda médica porque no comprenden la naturaleza de una depresión clínica, es decir, a largo plazo. Creen que con sólo cambiar de actitud o cambiar su manera de pensar pueden curar su enfermedad....
»Las personas clínicamente deprimidas a veces se apartan de sus amigos y de sus familiares. Por lo general, ni siquiera creen que pueden volver a pedirle algo a Dios en oración. Sienten que Dios las ha abandonado, así como los demás. Pero sepa que Dios sigue amándolo a usted muchísimo. Él quiere consolarlo y protegerlo durante el proceso de recuperación, a fin de fortalecerlo y ayudarlo en momentos de angustia.1 Con eso usted puede tener la confianza de que Él está a su lado durante esas largas noches en las que no puede dormir ni dejar de llorar.
»No deje de consultar a un médico tan pronto como sea posible, y tampoco deje de tomar el medicamento que le recete. Y durante el proceso en que espera que surta efecto, haga de Dios su fiel compañero y su ayuda. Le aseguramos que Él no lo decepcionará.
»Escríbanos y cuéntenos cuando se sienta mejor. También a nosotros nos interesa su bienestar.
»Linda y Carlos Rey.»
El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana», y luego el enlace que dice: «Caso 31».
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