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La verdadera vida el Devocional Hablado
«¡La vida, la verdadera!», tal es el lema publicitario que una cadena de hipermercados escogió como publicidad. Este eslogan sugiere que para acceder a una vida plena y verdadera, es necesario llenar su canasta con todo lo que proponen esos hipermercados… La calidad de nuestra vida dependería, pues, ante todo, de nuestro poder adquisitivo.
La verdadera vida, ¿no es otra cosa que una carrera para obtener bienes materiales? Detengámonos un poco para analizar la situación. Tenemos una sola vida para vivir, por eso es importante que sea de buena calidad. Seamos más conscientes de que vivir verdaderamente es diferente a consumir. La Palabra de Dios hace la diferencia entre una vida llena de bienes materiales y apariencias, y la vida basada en una relación viva con Dios.
La verdadera vida, tal como Dios nos la propone, es muy diferente de la que nos recomiendan estas empresas comerciales. Para comprender lo que es verdaderamente la vida, es indispensable conocer a Jesús como nuestro Salvador personal. Él murió en la cruz para arreglar la cuestión del pecado que nos aleja de Dios. Si tenemos una relación viva con él, nuestra vida tendrá un nuevo sentido y una dimensión eterna. Por la fe en Jesucristo obtendremos la salvación que Dios nos ofrece y la verdadera vida.
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