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Pero Dios… el Devocional Hablado
Durante la segunda guerra mundial, jóvenes cristianos habían desplegado una gran banderola a la entrada de una vieja casa en Berlín con dos sencillas palabras: «Pero Dios…». Por supuesto, rápidamente los nazis sacaron la inscripción. Hoy, en esa casa se ha fijado una placa en recuerdo de la valentía y la fe de esos cristianos.
Dios mismo opone su poderoso pero a los soberbios que se alzan contra él. Por un tiempo parecen triunfar, mas su ruina llega súbitamente (Salmo 73:18-19). Dios es poderoso para “humillar a los que andan con soberbia”, reconoció Nabucodonosor, el más poderoso monarca de la época babilónica (Daniel 4:37).
Sí, un día Dios juzgará toda forma de mal e igualmente a todos los hombres que se atrevan a desafiarle. Lo hará abierta y definitivamente. Hoy en día es el tiempo de su paciencia, el del “pero” de la gracia divina. Efectivamente, después de haber recordado que estábamos muertos “en nuestros delitos y pecados”, el apóstol Pablo afirma: “Pero Dios… es rico en misericordia” (Efesios 2:4). Hoy debemos aceptar la Palabra del Dios que nos ama. Es necesario que sin tardar nos arrepintamos ante Dios reconociendo nuestros pecados. Ahora es el tiempo de confiar en él y conocerle como nuestro Padre en Jesús.
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