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MI PAREJA NO ME ENTIENDE |
A medida que pasan los años, me doy cuenta que en vez de hacerme más simple, me pongo más complicada. Las crisis por las que pasamos las mujeres son elecciones en nuestra manera de vivir; es como parirse a uno mismo en cada una de las distintas etapas. |
Alguna vez dijiste: “a ver cómo te puedo decir esto…”, “cómo te podría explicar para que me entiendas…” Porque el problema no es que el otro no nos entiende, sino que no nos entendemos a nosotras mismas en nuestro interior, por eso no podemos ponerlo en palabras porque nuestra mente tiene muchos cortocircuitos, y al guardar tantas cosas no sabemos cómo soltarlas. Los pensamientos se juntan y no podemos expresarlos, por eso buscamos las palabras para que el otro nos entienda.
¿Cuántas veces tuviste ganas de llorar y reír a la vez?, ¿cuántas veces odiaste a una persona y al mismo tiempo le tuviste lástima?, ¿cuántas veces quisiste algo y al mismo no lo querías? Por eso los hombres nos llaman con cualquier tipo de apodos, es que no logramos hacernos entender ni aún por nuestra pareja, ni por nuestros hijos, ni líderes. Estamos con Dios y, a la vez, parecemos frías, que no llenamos la expectativa de Dios; somos espirituales y muy carnales al mismo tiempo. Todo nos ocurre porque la mente está en Egipto aún.
Cómo salir del Egipto mental.
Egipto representa el lugar de la opresión. A veces tenemos tanta opresión mental que nos acostumbramos, y ni siquiera cuestionamos los pensamientos que
vienen negativos, de fracaso, de lucha permanente y constante; dejamos de cuestionarlos porque vivimos con esa lucha creyendo que es normal y natural. La mujer con opresión mental, que vive en Egipto y no puede entrar en la Tierra Prometida, es fácil de identificar pues tiene las siguientes características:
1º Tiene complejos religiosos. Por ejemplo, el sufrimiento. Cree que la vida cristiana es puro sufrimiento, que debe ser sufrida porque de lo contrario duda si viene de parte de Dios. Cree que si las cosas se dan fácilmente no son de Dios sino seguramente de parte del enemigo, en cambio si vienen medio complicadas son divinas, porque existe el complejo del sufrimiento. “Si no hay pelea no es del cielo”, “no escucho a mis hijos… vaya a saber qué están tramando” (no es que están estudiando, durmiendo o tranquilos…, siempre debe algo malo).
2º Tiene culpa neurótica. Son las culpas de cada día. Nos encanta atrapar las culpas por eso siempre tendrá alguna: “cómo no hice esto”, “debería hacerlo así”, “cómo no fui a ese lugar”, “cómo no le dije tal cosa a esa persona”. ¿Qué “cómo” tenés en la mente hoy? ¿Qué culpa atrapaste? Estas sentada en una silla y sentís culpa por lo que dejaste.
3º Tiene miedo a ser feliz. Dios nos creó para disfrutarnos, porque somos su creación, y para que disfrutemos de Él y de todo lo que nosotros creemos: una lección, una charla, una comida, lo que sea, porque Dios quiere que disfrutes. Decimos “quiero disfrutar de la vida” pero no lo hacemos, y la vida se disfruta estando vivos. Disfrutá de la vida mientras vivas. Deuteronomio 20:5 tiene como título instrucciones para la guerra, y dice que antes de ir a la guerra debían disfrutar de lo suyo. Quiero decirte que hay alguien que quiere disfrutar de lo tuyo, por eso ¿qué esperas para hacerlo? Si te morís, ¿quién disfrutará de vos? Antes de lograr algo, de meterte en planes grandes, disfrutá de lo que tenés, de la labor de tus manos, porque hay alguien que quiere hacerlo en tu lugar, y entonces podrás batallar por todo lo nuevo. Eclesiastés 6:1 “he visto un mal debajo del cielo y que es muy común entre los hombres…” Es la gente que tiene todo pero no posee la capacidad para disfrutarlo, es un mal muy común. ¡Empezá a disfrutar lo que tenés! Y quienes no disfrutan es porque no lo saben apreciar. Lamentablemente las mujeres siempre miramos la felicidad futura, no podemos observar el presente; vivimos tironeadas entre el pasado y el futuro sin alegrarnos del hoy. Me acuerdo que mi mamá siempre decía “cuando yo tenga esto o aquello…”, y mi papá le respondía con una canción: “delirios de grandeza…”, porque por sus delirios de lo que quería, no disfrutaba lo que tenía; porque mi mamá tenía la mentalidad de Egipto, no había salido de allí, y decía; “hoy sufro, pero mañana seré feliz…”, Debes saber que Dios te dio una mentalidad de Tierra Prometida, de bendición permanente, abundante, sobreabundante por siempre y para siempre.
¿Cómo salir de la mentalidad de Egipto, del sufrimiento, del dolor?
Elevando el nivel mental. Si entendemos el principio espiritual que se encuentra en Isaías 65:24 “antes que clamen, responderé; mientras aún hablan, yo habré oído.” (En este pasaje Dios entiende la mentalidad femenina.) Estuve leyendo acerca de las tendencias en el mercado para las mujeres, como lograr vender y que ellas compren:
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Si una mujer tiene que pedir, ya es tarde; hay que dárselo antes.
La tendencia femenina es que no le pregunten qué necesitá sino que se lo den antes. Y Dios dice “yo trato así a las mujeres, antes de que me clamen ya las oí, y respondo a su llamado con la respuesta.”
Ejercé dominio espiritual sobre tu mente.
La mente quiere introducirte en un lugar complicado, pero el espíritu, en cambio, en uno sencillo y simple. Cuando es muy complicado, es un pensamiento de Egipto, pero si es simple, no lo cuestiones, viene de Dios, pues pisaste la tierra de la abundancia donde todo produce. Si Dios te prometió y lo entendés, antes de pedir Él ya es tuyo.
¿Hacia dónde dirigís tu mente cada mañana al levantarte: hacia Egipto o a la Tierra Prometida? Todo está en tu mente. Decidí dónde te pararás cada día. Si en Egipto (la tierra de opresión y sufrimiento, donde tu conciencia está cauterizada y aunque te pasen cosas malas no las cuestionás porque creés que es normal y natural), o te mudas a la Tierra Prometida donde fluye leche y miel y recibirás la abundancia de Dios. Asumí dominio espiritual sobre tu mente. Lo que quieras que te pase dependerá de vos, porque Dios ya te dijo que antes que le pidas, El ya trajo la respuesta. Hay una respuesta flotando antes de que empieces a clamar. Utilizamos el mismo tiempo en pensar mal o bien, así que mejor es pensar positivamente. Si nuestra lucha es grande es porque estamos acostumbrados a Egipto, a pelear por todo y que salga mal, porque no parece espiritual sin dificultad; y si es fácil parece que no es buena tierra. Todo lo contrario, si no cuesta es porque estás parado en la Tierra Prometida.
Dios te dio un sueño, no lo sueltes por nada, venga lo que venga. La Palabra dice: Busca el reino de Dios y su justicia y todo lo demás será añadido. Cuando te aferrás al sueño todo lo demás se añadirá. La mente quiere preocuparse por las añadiduras: por dinero, por problemas de salud, por problemas matrimoniales, por problemas con los hijos… Esas añadiduras se agregarán solamente cuando te aferres al sueño que Dios te dio. No pongas tu mente en las añadiduras porque vivirás siempre en Egipto, ponela en la Tierra Prometida, en el sueño que Dios te dio, y todo lo demás vendrá. ¡No te compliques! Aprendé a vivir en un lado o en el otro, se frío o caliente, es tu decisión que no se te haga un cortocircuito mental. Y no es porque Dios se enoja si estás en Egipto, el problema lo tendremos nosotros, porque la respuesta ya fue dada, todo es nuestro, Dios ya respondió.
Recordé que hace más o menos dos años, venían distintos pastores y profetas y le decían a Bernardo: “Dios dice: descansa, estás cansado”, y eso lo ponía mal, decía “no sé por qué me dicen que descanse si no estoy cansado”, pero todos los que venían le decían lo mismo. Es que Dios le estaba dando la respuesta antes de que se lo pidiera. Es cuestión de verlo. Si te atrevés a pasar de Egipto a la Tierra Prometida donde las cosas fluyen y aparecen, Dios ya te respondió porque te quiere ver disfrutando, sino lo disfrutará otro en tu lugar.
¡Disfrutá todo! Tenés vida para disfrutar mientras vivís.
ALEJANDRA STAMATEAS
MIGDALIA

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