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DEVOCIONA: TODO TIENE SU TIEMPO...
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: La Morocha arg4  (Mensaje original) Enviado: 06/08/2009 13:08


Todo tiene su tiempo [...] tiempo de amar, y tiempo de aborrecer;
tiempo de guerra, y tiempo de paz.

Eclesiastes 3:1-8.


 

 

Todo Tiene Su Tiempo

       Eclesiastes 3:1-8 nos deja claro que "Todo tiene su tiempo...", vs. 1. Hay "...tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; ...tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;...tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar...

       ¿Cómo aplicamos esta verdad a nuestras vidas? ¿Cómo la balanciamos en nuestra vida familiar, ministerial y laboral? En nuestro intento de ser 'super' mujeres y lograr 'hacerlo' todo para todos, ¿hemos llegado a estar afanadas y turbadas? Nos diría nuestro Señor Jesús, como a Marta, "...Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas"? Lucas 10:41. Como dice Eclesiastes 3:9, "¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?"

       Si comenzamos a dar tiempo a reflexionar y meditar, veremos que Dios no nos pide que lo hagamos todo en nuestras vidas. Él dice que "todo tiene su tiempo" pero esto no significa que estamos llamadas a hacerlo todo en todo tiempo. Debemos reflexionar cuáles son las prioridades de Dios en nuestras vidas, qué es lo que Él quiere que hagamos y cuando, y qué no hagamos. 

       En nuestra vida personal, debemos decidir qué es verdaderamente importante. A eso dediquémosle tiempo. Si tenemos familia, dediquémosle el tiempo necesario y suficiente, no un mínimo tiempo. Ese es nuestro primer ministerio. No permitamos, por ejemplo, que nuestros quehaceres ministeriales se interpongan con el tiempo que debemos dedicarle a nuestra familia. 

       Similarmente, no permitamos que el tiempo dedicado a nuestra familia se interponga con el tiempo que hemos determinado dedicarle a nuestro Señor en oración. No sacrifiquemos nuestro tiempo de intimidad con nuestro Dios por cualquier otra cosa o quehacer. 

       Organizémonos y decidamos cuáles son nuestras prioridades. Decidamos qué hacer con nuestro tiempo, y cuando. Administremos bien ese gran tesoso que Dios nos ha dado, el tiempo. ¡Gloria a nuestro Dios que nos da paz al dejarnos saber que Él no nos pide que lo hagamos todo! 



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