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La letra de gracia el Devocional Hablado
En Roma los magistrados podían declarar inocente a una persona acusada de crimen, gracias a una ficha de madera guardada en una urna, en la cual estaba grabada una letra del alfabeto, la «littera salutatis». La letra favorable era la letra A, que significaba «Absolvo», absuelvo. Pero también estaba la letra C, que significaba «Condemno», condeno.
Todo ser humano es culpable de crimen con respecto a la santidad y a la justicia divina, sea consciente de ello o no. La condenación de parte de Dios es inapelable: merece el eterno alejamiento de Él. “No hay justo, ni aun uno… Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él (Dios)… por cuanto todos pecaron, y están destituidos (o privados) de la gloria de Dios” (Romanos 3:10, 20, 23).
Pero por amor a los hombres, Dios envió a su Hijo Jesucristo para pagar la deuda de todos aquellos que creen él. El Señor Jesús vino a la tierra como portador del más grande mensaje de amor y perdón a favor de la humanidad culpable. Lo escribió y gravó, no sobre una ficha, sino sobre la madera de la cruz, en donde dio su vida para salvarnos.
Por así decirlo, en la cruz del Calvario, todo aquel que cree en Jesús el Salvador puede ver la letra A: «Absuelvo». Pero esa misma cruz será un motivo de acusación y llevará la letra C para aquel que rehúsa al Salvador. ¿Quién quisiera condenarse a sí mismo al rechazar la letra de la gracia de Dios?
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