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Andar en la oscuridad el Devocional Hablado
Tim, mi hijo, es un niño más bien valiente. Sin embargo, tiene miedo de dormirse en la oscuridad. Necesita una pequeña lámpara, y si olvidamos encenderla, la reclama inmediatamente.
Su actitud me hace pensar en nuestra manera de obrar cuando enfrentamos algo inexplicable o entramos en un túnel oscuro, sin saber cómo salir. A menudo nuestro primer reflejo es encender un fuego para alumbrarnos e imaginar que podemos salir del apuro por nuestros propios medios. Pero Dios desea que confiemos en él. Entonces descubriremos que lo desconocido viene a ser justamente un espacio en el que aprendemos a conocer el amor de Dios y apreciar sus cuidados diarios. Podremos permanecer apacibles aun en situaciones difíciles e inextricables, porque nuestra confianza está en Dios.
Pero quizás todavía nos encontramos en la oscuridad espiritual. Nuestras lámparas personales, nuestras ideas no pueden alumbrarnos en esa esfera. Recordemos que Jesús prometió “la luz de la vida” a aquel que le sigue (Juan 8:12). Seguir a Jesús es escucharle y creer en él para ser salvos y libres de nuestros pecados. También es retener su enseñanza y ponerla en práctica. Pero para esto es necesario confiar verdaderamente en Jesús, a fin de recibir su socorro. Entonces la luz del Evangelio nos alumbra y nos guía.
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