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La contaminación física y moral el Devocional Hablado
El Amoco-Cadiz en 1978, el Exxon-Valdez en 1989, el Erika en 1999, el Ievoli Sun en el 2000 y el Prestige en 2003 derramaron millares de toneladas de petróleo en el océano. Este tipo de contaminación constituye una de las catástrofes naturales de mayor importancia.
¿Pero sabe usted que existe otra contaminación igualmente temible? Esta contaminación ataca el alma: es el pecado. El odio, el afán de lucro, la mentira, la vanidad, el egoísmo, la inmoralidad sexual, etc. son en realidad las causas reales de la contaminación del planeta y degradan al hombre en cuerpo y alma. Al mismo tiempo injurian la gloria del Dios de amor, de santidad, de verdad y de justicia.
¿Cómo responde Dios a todas esas ofensas? Mediante la cruz del Señor Jesús. Allí la raíz misma del mal y todas sus manifestaciones fueron quitadas: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). “Se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9:26).
Desde ahora los creyentes pueden decir: “La sangre de Jesucristo… nos limpia de todo pecado”. Aún hoy, Jesús invita: “Venid a mí” (Mateo 11:28).
Es necesario confiar en Jesús ahora. Él volverá para juzgar la injusticia, el pecado, y para poner en orden la creación de Dios. Pero entonces será demasiado tarde para ponerse en regla con Dios. ¿No lo quiere hacer ahora?
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