Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,
2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.
3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
Salmo 63:1-4
En la escritura hay otras muchas referencias respecto a levantar las manos. Parece algo natural hacerlo cuando estamos en la presencia de Dios. Para mi es una expresión de adoración, reverencia y entrega. Debemos rendirnos continuemante delante de Dios y su plan para nosotros.
Usted puede levantr sus manos y expresar una palabra de alabanza en cualquier momento del día incluso en su trabajo, en su tiempo de descanso, puede ir al baño y tomar un momento para alabar a Dios.
Cuando nos rendimos Dios toma el control. El es un caballero y no hara su voluntad en nosotros por la fuerza. Nos espera, hasta que le digamos que hemos puesto nuestra confianza en El.
Le animo a que empiece a levantar sus manos y a ofrecer palabras de alabanza. No solamente bendecirá al Señor, sino que también ayudará a derrotar al diablo, y usted se sentirá mucho mejor.
Joyce Meyer
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