Combatiendo el desánimo:
1.- Delegar.
Delegar es: Dar una persona a otra facultad o poder para que la represente y los ejerza en su nombre.
Eso le pasó a Moisés que estaba todo el día profetizando, desde la mañana hasta la noche, y Jetro, su suegro, (que quiere decir “excelencia”) lo abrazó y le dijo: “Moisés, estás haciendo mal, vas a frenar la bendición, porque tu cuerpo no lo podrá resistir y tu mente no tiene tanta capacidad.”
Aprende a delegar si quieres que Dios te siga dando más.
La recompensa de la unción es más trabajo, y si no delego, no podré tomar lo nuevo que Dios me quiere dar.
Hay gente que no avanza porque se estancan y se desilusionan por no delegar. Si la visión es chica la tomará como propia y se aferrará a ella sin delegar, entonces no crecerá.
Delegar no es negar, ni dejar, ni es vagancia, es poner en otro, es ensanchamiento: Sé que Dios me dará algo más grande, pero tengo que soltar lo que poseo para tomarlo y luego volver a delegar para alcanzar lo más grande que vendrá, pues si no lo haces te quedaras estancado.
Si la visión es grande, la expansión será grande.
Jetro le dijo: “Moisés delega. Atenderás los casos difíciles y elegirás líderes que liderarán por mil, por cien, por cincuenta y por diez personas.
Hay gente capaz cerca de ti.”
Moisés no lo vio porque no quería delegar, pero cuando abrió sus ojos entendió el consejo divino y descubrió que había gente que tenía la unción por mil, cien, cincuenta y diez.
Hay personas que están esperando ser descubiertos, que los activemos para sacar su potencial.
Delegar no significa pasar la tarea y olvidar; delegamos la tarea pero nunca la responsabilidad, por lo tanto debo supervisar que se realice.
Hay cosas que son indelegables, por ejemplo yo no puedo delegar la visión pero sí puedo delegar las tareas en los pastores: orar por la gente, aconsejar, llamarlos.
Lo indelegable es la esencia de lo que Dios nos da pero cuando delegamos recibiremos aún más, y daremos la oportunidad a otros que estaban dormidos para soltar su unción haciendo crecer al líder que hay en su interior.
Un escritor dijo que una persona puede dejarle a otra, tres cosas:
• un souvenir, que es el recuerdo de una fiesta.
• un trofeo, lo que ganaste en un campeonato
• un legado, la herencia que queda para las próximas generaciones.
Para recibir cosas mayores de Dios debemos cambiar la mentalidad.
2.- Innovar:
Significa: Alterar las cosas introduciendo novedades, hace algo nuevo.
Saben todo nos cansa, por eso llega el aburrimiento. Aunque sea en las pequeñas cosas, necesitamos implementar modificaciones para no aburrirnos.
Llena tu agenda con actividades (constructivas), para tener experiencias nuevas y crecer.
Hay gente que no hace nada, no aprovechan el tiempo, los días, los anos se le van y no lograron nada.
El desanimo no viene porque lo que hacemos es malo sino porque todo llega a un nivel y, lo que al comienzo te entusiasmó, termina siendo rutinario por eso debemos agregarle la pasión de innovar.
La relación de una pareja se torna aburrida porque no innovan, todo lo hacen rutinario.
3.- Disfrutar.
Significa: Deleitarse, gozar, sentir satisfacción, tener, alegrarse, percibir, gozar, regocijarse, divertirse, contentarse, poseer.
Este es otro ataque mortal al desánimo.
No somos más felices porque no practicamos más lo que nos hace feliz.
¿Qué es lo que te hace feliz?
Agrégalo en tu agenda y no esperes para mañana, haz lo que alegre a tu corazón.
Este es el día que hizo el Señor me gozaré y alegraré en él.
Hay muchísima gente triste y es porque “no hacen nada”, nunca ponen su corazón en lo que hacen. Poniendo el corazón en lo que hacemos añadimos pasión a nuestra vida.
No importando lo que hagas, hazlo con pasión.
“Si estás de recogedor de basura deberías hacerlo igual que pintaba Miguel Ángel, componía Beethoven o escribía Shakespeare. Deberías recogerla de tal manera que los moradores del cielo y de la tierra mirasen y dijeran: “Aquí vivió un gran recogedor de basura que hizo bien su trabajo”.
¡Hasta para eso pon tu corazón! Promueve la diversión, que tus dichos alegren a los demás, vive de tal manera que causes alegría, convierte el mal momento en uno placentero, haz de un limón una limonada.
“Si no descubriste nada por lo que valga la pena morir, es que no estás preparado para vivir” dijo Martín Luther King.
Pregúntate: ¿He soñado lo suficiente? ¿He vivido plenamente? ¿He aprendido a desprenderme? ¿He amado bien? ¿He pisado la tierra para traer un avivamiento? Eso es disfrutar.
4.- Confesar fe.
El idioma de Dios es fe: habla fe, entiende fe, responde fe.
Muchas de nuestras oraciones Dios no las entiende porque no tienen fe. Cuando hablamos fe, hablamos su Palabra, entonces nos escucha.
No debes escuchar: al chismoso, al negativo, al criticón, al amargado, al envidioso, al contencioso, al mentiroso. Cuando ese diga que “el Señor le habló”, no le creas, porque Dios no habla fe con los que no la hablan y menos la practican.
Confiesa fe frente al desánimo, a la dificultad, y Dios te llenará con sus palabras.
Nada de lo que el diablo dice, se cumple; cuando este servía a Dios como ángel dijo: “Subiré al trono, me sentaré y seré como Dios.” Y Dios lo expulsó, no se cumplió lo que había dicho.
Satanás necesita nuestra fe para cumplir sus palabras, nos dice:
“vas a morir” y si le creemos esa palabra tendrá poder.
Todo lo que Dios dijo se cumplirá declarando fe.
Pablo dijo: Todo lo puedo en Cristo; no dijo: Yo sé cómo lo puedo en Cristo. Pablo no sabía “cómo”, sino sabía que “podía en Cristo”.
No debes saber “cómo”, sino saber que vas a prosperar, no importa la manera; que te va a sanar, que tu familia vendrá a Cristo.
No sabemos el “como” pero sabemos que “lo haremos”, eso es fe.
Da gracias a Dios por la gente que te provoca enojo porque son los que más te enseñarán de ti mismo. Lo que más te enfada es un regalo de Dios que pone de manifiesto las creencias que te limitan.
Cuando algo nos enoja está demostrando que tiene autoridad sobre nosotros y nos limita, por lo tanto es un área que no está madura. Y Dios lo permitirá para que se active tu fe, hables fe, porque Dios la habla y los resultados serán de fe, porque todo en el reino de Dios lo es.
El ángel Gabriel se le presentó a Zacarías y le dijo que tendría un hijo, Juan el Bautista, y que sería grande delante de Dios.
Dios nos ve grandes
Aunque la gente no te vea grande, Dios hará todo lo necesario para que la grandeza que está en ti salga al exterior.
Cuando jugamos un partido de algún deporte y perdemos, hacemos todo lo posible para no ver la grandeza del que nos ganó, así hizo Satanás con nosotros, pero Dios dice: “Haré todo lo posible para que me sirvas con la grandeza que te he dado y si tengo que poner un pan crudo para amargar tu existencia, será para que mires adentro y crezcas en el área que aún te duele.”
Cuando Pablo dijo: Todo lo puedo en Cristo, estaba diciendo que la relación con Dios no depende de la economía, de lo que pase en tu vida, ni de lo que tengas, sino se basa en lo que me pasa por la relación que tengo con Él.
Cuando entendamos eso y cuidemos nuestra relación con Dios, el desánimo no tendrá morada en nuestra casa y seremos libres de ello.
Oración:
Cancelo todo desánimo, toda tristeza, depresión y me uno a ti Señor, hablo en fe; baso mi vida en mi relación contigo, si en mucho o poco todo lo puedo en Cristo porque hoy hablo, confieso fe y declaro expansión en todo lo que haga y me saldrá bien.
Pedro oyó que Jesús hablaba fe y fue un apóstol pero Sansón oyó a Dalila y perdió los ojos.
El hijo pródigo cuando estaba con su padre tenía comida, se alejó de la casa del padre y comió con los cerdos, cuando volvió a la casa del padre volvió a comer su comida.
De acuerdo a quien escuches será lo que se produzca en tu vida.
Por eso Jesús dijo: Mirad lo que oís.
Eliseo oyó a Elías y tuvo doble unción.
Mi comunión con Dios está basada en la fe, no en las circunstancias.
Mis circunstancias están basadas en la relación que tengo con Dios. Por eso me expandiré; tendré que delegar porque hay gente esperando para liberar la grandeza que hay en su interior.
Y Dios me dará más creatividad para que mi vida sea distinta, algo nuevo para disfrutar, lo haré con el corazón y confesaré fe.
Me levantaré del desánimo y le daré un golpe mortal: Caminaré y no me cansaré mientras camine voy a disfrutar, delegar, innovar y confesar.
Y levantaré alas como las águilas y volaré por sobre las circunstancias, mi herencia es victoria y fuerza en Dios, energía divina y poder del cielo.
EKAPUNI INTERNATIONAL MINISTRIES.