Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.
Juan 13:14
Luego de una caminata en el desierto los pies de Jesús y sus discípulos estaban llenos de polvo, imagínense una caminata de 4 o 5 horas en la playa, luego de eso entraron a un casa y como era de costumbre los siervos venían a lavar los pies de los invitados para que puedan comer limpios y frescos.
En esta ocasión Jesús tomo el recipiente de agua y comenzó el mismo a lavar los pies de sus discípulos.
Jesús hizo el trabajo del empleado, y demostró que no había venido a ser servido sino a servir. No solo predicando y enseñando, sino también lavando pies, haciendo esas tareas que quizá nadie haría con felicidad.
La iglesia no es un lugar en el cual haya espacio para aquellos que buscan tener poder.
Mientras en la biblia vemos a un Jesús humilde que no le cuesta servir a sus discípulos, en la iglesia actual vemos líderes peleándose por adquirir más títulos, más poder, más autoridad.
Hemos convertido a la iglesia en una empresa, donde hay que ascender hasta lograr llegar a la cima y en la cima podremos ganar más que los demás y tendremos más poder.
NO ESTAMOS AQUÍ PARA SER SERVIDOS ESTAMOS AQUÍ PARA SERVIR A LOS DEMÁS...
No compitas por ser un pastor o apóstol o súper apóstol o súper maestro shaulin de lenguas.
Dios espera de nosotros que seamos iguales no quiere jerarquías quiere que todos sirvamos a los demás y que si tenemos talento o algún don, que sea, no para adquirir algo para nosotros, sino para poder lavar los pies de todos los demás.
Jesús lo hizo, ahora es nuestro turno, no tengas miedo de gastar tus fuerzas, de agachar la cara, de ensuciar tus manos, sirviendo a los demás.
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