El menosprecio de las familias me atemorizó, y callé, y no salí de mi puerta; ¡quién me diera quien me oyese! Job 31:34-35.
Invoqué tu nombre, oh Señor… Oíste mi voz… Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas. Lamentaciones de Jeremías 3:55-57.
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