Se como el barro, déjate moldear en las manos del alfarero. Míralo
escogerte de la nada, elegirte cuando nadie lo haría. Siente como te
pone en el centro de Su rueda, experimenta el toque de Sus manos, que
con suavidad, otras veces con firmeza, va dándole forma a tu vida.
Todo girara sin darte cuenta, verás como tu forma va cambiando.
Déjate llevar por el ritmo de Su brazo y no opongas resistencia.
Piensa que desde antes de escogerte en Su corazón ya estaba Su obra
terminada. Él te vió vaso cuando apenas eras barro y no temas si tu
vaso se malogra porque aún estás en el hueco de su mano, volverá a
hacerte barro y nuevamente darte forma.
Obsérvalo cuando te mira Orgulloso de ver Su obra terminada.
Siente cuando te retira de la rueda. Soporta el horno con paciencia
y esperanza. Pronto cumplirás el propósito para el cual Él te ha forjado.
Piensa que no te dejará allí adentro para siempre.
Te sacará del horno y serás usado.
Ahora eres vaso, un vaso delicado!
Pero nunca debes olvidarte que aún sigues siendo barro!