Para que la oración sea efectiva, ésta ha de estar enmarcada en la voluntad de Dios, pues, ninguna oración fuera de la voluntad de Dios será contestada para bienestar nuestro.
Muchas personas no reciben respuestas de sus oraciones porque están fuera de la voluntad de Dios. En su epístola, Santiago nos dice claramente que quienes no reciben lo que piden son aquellos que oran mal, porque piden para sus deleites. Santiago 4:3
Jesús, el hijo de Dios, cuando nos enseñó como debiamos orar, dejó claro que nuestras oraciones deben estar enmarcadas por la voluntad de Dios, ya que fuera de ella nada se nos dará. Jesús dijo:
«Venga tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo».
Mateo 6:10
¿Qué significa esto? Que así como Jehová o Yavé es Dios y Señor en el cielo, también en nuestras vidas El lo quiere ser, pero nosotros no lo dejamos, pues muchas veces se ora como queriendo obligar a Dios a que haga cosas aun en contra de su naturaleza.
La victoria en la oración radica en someterse a la voluntad de Dios. Muchas personas desisten de la oración porque no reciben respuestas, en tal posición apuntan a decir que Dios no los escucha. Y bueno, la verdad es que podrían tener razón en eso, pues la Biblia dice en Juan 9:31 que las oraciones de los pecadores no son escuchadas por el Señor, pero si alguien hace su voluntad a éste si oye.
La Palabra del Señor, reseña en 1 Juan 5:14 que cuando nosotros oramos conforme a la voluntad de Dios, El nos oye. y si El nos oye, debemos estar confiados que vamos a recibir lo que le hemos pedido. Tal vez usted se preguntará, ¿Y cómo sé yo cuál es la voluntad de Dios? ¿Cómo sé que lo que pido en oración está conforme a la voluntad de Dios? Aprendamos a conocer la voluntad de Dios.
La voluntad de Dios puede ser enseñada o revelada.