En las fiestas que se aproximan se conjugan varios sentimientos, los de emoción por el festejo de Nochebuena y Navidad y los de Año nuevo.
Curiosamente, cuando más tenemos que estar unidos a lo espiritual, las emociones nos cambian las vibraciones y las bajan debido a que estamos más dirigido mentalmente a lo material que a lo espíritual.
Las ausencias de seres queridos, los proyectos no logrados, las metas no alcanzadas, parecen horadarnos por dentro como si una fuerza gigantesca nos llevara en descenso hacia la tristeza, el desasosiego y la inguietud por lo que vendrá.
¿Como se debe trabajar estos sentimientos metafisicamente?
Elevando la vibración, sintonizando con al vibración del Amor del Padre, es decir, AQUIETANDONOS.
Para ello debemos trabajar con la ley metafísica del mentalismo:
1.- Dirigiendo nuestra atención a lo bueno que nos ha pasado este año, en vez de pensar en lo malo.
2.- Recordando los buenos momentos que pasamos y compartimos con aquellos que ya no están en cuerpo pero si en espíritu, en vez de llorar por su ausencia.
3.- Amando lo que hemos obtenido, en vez de añorar lo que no obtuvimos.
4.- Pensar que podemos comenzar otros proyectos, en vez de creer que nunca obtendremos nada.
Pero por sobre todo, rescatar un balance positivo y comprender que todo lo que vivimos no es más ni menos que un aprendizaje en este plano, para "Crecer, Evolucionar y lograr el Despertar Espiritual".
Todo tiene un motivo en la vida, en vez de buscarlo, vivamos pidiendo a Dios que nos guíe para seguir el buen camino.
(Tomado de la red)
Te quiero de gratis!
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