En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:
«Tengo veinte años, y en contados meses voy a casarme.... Desde hace algunos meses, mi padre ha estado [relacionándose] con otra mujer.... [Yo] amo a mi novio, pero hay algo que [por] momentos me preocupa. He tenido mucha desconfianza de mi novio, y a veces siento rabia con los hombres.
»Siento temor de que me pase lo mismo que le pasa a mi mamá, y creo que debo estar ahora más segura... para dar el paso que he decidido dar. ¿Qué puedo hacer?»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
«... ¿Alguna vez ha visto una luz intermitente que sirve de señal de advertencia? Pudo haberla visto en la calle o en el techo de una ambulancia. Esas luces intermitentes se han diseñado para hacer que prestemos atención y nos percatemos de un peligro inminente. Si aminoramos la marcha y prestamos mucha atención, podemos evitar el peligro. En cambio, si pasamos por alto las luces intermitentes y seguimos sin tener cuidado alguno, entonces los únicos culpables de la tragedia que resulte somos nosotros mismos.
»Cuando leímos su caso, comenzamos a ver señales de advertencia que eran como luces intermitentes. Creemos que si usted insiste en casarse sin antes haber resuelto ese problema de la desconfianza que siente hacia su novio, entonces correrán peligro su futura felicidad y el futuro éxito de la relación entre los dos. A pesar de las consecuencias que resulten de un aplazamiento, le instamos a que aplace su boda.
»Nadie debe casarse si tiene dudas. ¡Nadie! ¡Sin excepción alguna! Hay millones de parejas infelices que quisieran haberle prestado atención a esas señales de advertencia. Quisieran poder volver atrás y tener la oportunidad de comenzar de nuevo. Muchas de ellas ahora admitirían que tuvieron dudas desde el principio, pero que fue más fuerte el temor de cancelar la boda.
»Si usted se casa con alguien en quien no confía plenamente, es como pasar por alto una señal de advertencia y acelerar hasta caer por un precipicio. Si se casa antes de haber calmado la rabia que siente hacia los hombres, está usted condenando a ese hombre a que se le juzgue para siempre por algo que él ni siquiera hizo. Si lo ama, no se case con él hasta que esté el ciento por ciento segura de que puede confiar en él y de que lo juzgará conforme a su propia conducta y no por la conducta de ese padre suyo que le ha sido infiel a su mamá.
»Dios diseñó el matrimonio para que fuera el conjunto armonioso de dos personas en una sola.1 Eso requiere metas, creencias y prioridades en común, así como absoluta confianza mutua. No hay duda de que usted y su prometido aún no están preparados para casarse. Tal vez en uno o dos años más ya estén listos. Pero esa decisión no la tienen que tomar ahora mismo.
»¡No pase por alto las señales de advertencia!
»Linda y Carlos Rey.»
El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana», y luego el enlace que dice: «Caso 105».
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