Todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo.
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa,
que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese santa y sin mancha.
A quien anunciamos, amonestando a todo hombre,
y enseñando a todo hombre en toda sabiduría,
a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre.
La paz de Dios sobrepasa todo entendimiento.
La paz de Dios gobierne en vuestros corazones,
a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo.
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro,
y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y
nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
conforte vuestros corazones y
os confirme en toda buena palabra y obra.
El cual también os mantendrá firmes hasta el fin,
para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.
I Ts. 5:23 Ef. 5:25,27 Col. 1:28 Fil.4:7 Col 3:15
II Ts. 2:16,17 I Co.1:8
De Mensajes Cristianos
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