Gratitud
Con un corazón lleno de gratitud, entono un cántico de alabanza.
La música es un idioma universal que, aun sin palabras, puede calmarnos o elevar nuestro espíritu. Un himno venerable me recuerda contar mis bendiciones y nombrarlas una a una. Cuando los problemas acechan, pongo una canción en mis labios y cuento las bendiciones en mi vida. Pronto recuerdo que los problemas no tienen poder para debilitar mi fe en Dios, y siento agradecimiento por las soluciones divinas.
Cuando mi corazón está lleno de gratitud, siento que cánticos de alabanza y agradecimiento resuenan en mí. Con un espíritu ameno, entono una canción que expresa mi agradecimiento. Alabo a Dios con alegría e invito a otros a que se unan.
Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas.—Isaías 12:5
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