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General: LA PALABRA DIARIA MES DE SEPTIEMBRE
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 07/09/2016 14:48 |
Mis oraciones por otros son regalos del corazón.
La oración es un regalo del corazón que puedes dar una y otra vez. Bien sea que ores por un ser querido, un amigo, un vecino o un extraño, al orar por otros das la mayor bendición posible. Al hacerlo, pon tu fe en el amor y la sabiduría de Dios. Entrégale la persona o la situación, y libera toda expectativa de resultados específicos.
Comienza por centrar tus pensamientos en el Espíritu divino. Siente Su amor en ti y ten presente que este amor rodea, eleva y bendice todo. Permite que las siguientes palabras sean la meditación de tu corazón:
El cuidado amoroso y apacible de Dios te envuelve ahora y por siempre. Eres guiado, saludable, próspero, sereno y libre. Afirmo para ti lo mejor y más elevado, sabiendo que sólo el bien viene a ti.
Oren unos por otros.—Santiago 5:16 | | | |
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Mi mayor gozo proviene de mi unidad con Dios.
Dios siempre está conmigo, porque Dios y yo somos uno. Gracias a mi vínculo divino, todas las hermosas cualidades del Espíritu, tales como el gozo, también se encuentran en mí.
El gozo es un estado de ser constante que nunca cambia, contrario a la felicidad, la cual depende de condiciones externas. El gozo es del Espíritu y no depende de circunstancias. Tengo acceso a este regalo divino en todo momento y situación, aún en medio de la tribulación.
Me conecto con la conciencia crística gracias a la oración y la meditación. Al morar en Dios, experimento júbilo verdadero, porque cuando tengo presente mi unidad con mi Creador, me doy cuenta de que no existe un gozo mayor.
Ustedes aman a Jesucristo sin haberlo visto, y creen en él aunque ahora no lo ven, y se alegran con gozo inefable y glorioso.—1 Pedro 1:8 | | | | |
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Recuerdo la Verdad del amor de Dios, y honro a los demás y a mí mismo.
La vida terrenal implica cambio constante. La Tierra misma permanece en movimiento a medida que rota sobre su eje y se mueve alrededor del sol. Cuando paso tiempo en oración silenciosa con Dios, recuerdo que todas las cosas del Espíritu permanecen constantes e inmutables. La vida y el ministerio de Jesús me recuerdan que nací del Espíritu —que aunque vivo en un mundo físico, no soy de él. Gracias al Cristo, tengo acceso a la vida eterna del Espíritu.
Si un ser querido deja este plano terrenal, honro a esa persona en mis pensamientos y oraciones. Recuerdo el espíritu eterno y morador que nos une a todos.
No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios.—Romanos 12:2 | | | |
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Dios es mi fuente de paz y consuelo.
Vivir plenamente incluye aceptar esas experiencias que me sacan de mi zona de comodidad. Puede que esté comenzando algo nuevo en mi vida o solucionando desavenencias en una relación personal. Tal vez esté pasando por cambios en mi trabajo o enfrentando dificultades financieras o de salud.
A pesar de lo que enfrente, no me siento ansioso. En vez de ello, me dirijo a mi interior y me mantengo receptivo —en mente, cuerpo y espíritu— a la sabiduría edificante y siempre presente de Dios. Sé que sin importar mis circunstancias, la seguridad y el amor divinos permanecen conmigo a cada paso del camino. Acojo la guía clara y continua que el Espíritu me ofrece. Sé lo que debo hacer y cuándo hacerlo. Encuentro paz y consuelo en Dios.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios. La aurora nos visitó desde lo alto.—Lucas 1:78 | | | |
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El dar y recibir amor me libera de la negatividad.
Después de ser liberado, Nelson Mandela disfrutó de su libertad dando gracias por las bendiciones de la vida. Él se convirtió en un canal abierto, recibiendo el amor de los demás y compartiéndolo con todas las personas con quienes entraba en contacto.
Quizás ése es el verdadero significado de la libertad —dar y recibir amor. Adopto ese concepto hoy. Si siento que me tratan injustamente, perdono y me libero del rencor. El amor me libera del resentimiento y me hace receptivo a experiencias más felices y satisfactorias. Mi modo de vida es inclusivo.
Soy libre para vivir en armonía. Al dar amor, recibo amor, y recuerdo las palabras de Pablo: “El amor es el cumplimiento de la ley”.
El amor no hace daño a nadie. De modo que el amor es el cumplimiento de la ley.—Romanos 13:10 | | | |
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El amor divino fluye hacia mí como bien abundante.
Las preocupaciones acerca de cómo pagar las cuentas mantienen mi atención enfocada en la escasez en vez de en la gratitud por el bien en mi vida. De manera que hago el compromiso de cambiar mi enfoque —un pensamiento a la vez, un momento a la vez— y de mantener una actitud de gratitud.
La Rev. Edwene Gaines dice: “Puedes vivir de acuerdo con tu propósito divino, en armonía con el plan de Dios, con todo lo que pudieras desear o necesitar al alcance de tus dedos”.
Si busco trabajo o un cambio positivo en mi situación financiera, recuerdo esas palabras. Con gozo afirmo: El amor divino fluye hacia mí como bien abundante. Tengo fe en que ahora mismo el amor de Dios me está bendiciendo abundantemente.
Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante.—Lucas 6:38 | | | |
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Acepto mi plenitud como la esencia de mi ser.
Acepto la plenitud como el modelo divino de mi ser. Cuando alineo mis pensamientos con esta Verdad, estimulo la salud en todo átomo y célula de mi cuerpo. Myrtle Fillmore escribió: “Dios es la vida perfecta que fluye por medio de nosotros… Dios es nuestra única realidad; todo lo demás no es más que una sombra”.
Elijo evaluar esos patrones o creencias que no son parte de la voluntad de Dios para mí. Los saco de las sombras y los entrego a la luz de la transformación. Este dejar ir eleva mi conciencia a una nueva expectativa de plenitud. Digo palabras de verdad, amor y gratitud a mi cuerpo. Todo mi ser —cuerpo, mente y espíritu— responde a la vida divina. Soy renovado.
Si todo tu cuerpo está lleno de luz … será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.—Lucas 11:36 | | | |
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