Con su mensaje, Jesús instó a sus seguidores a permitir que los tesoros, regalos y talentos internos encontraran expresión. Cuando yo utilizo mis dones, vivo con propósito y experimento el fluir de la Fuente. Mis dones y tesoros divinos puede que a veces parezcan estar dormidos, mas de ninguna manera permito que eso me desaliente.
Sólo tengo que cambiar la atención de mis preocupaciones al centro de mi ser, donde el Espíritu lo es todo. Comienzo el día reconociendo mi unidad con la Fuente. Lo hago con la certeza de que la presencia de Dios está lista y dispuesta a ayudarme. Las bendiciones que tengo que ofrecer se hacen evidentes gracias a la luz radiante de Dios en mí.