La Epifanía celebra el día en que los Reyes Magos llegaron a Belén y ofrendaron sus regalos a Jesús recién nacido. Hoy recibo esos regalos de nuevo cuando centro mi corazón en Dios. Acepto el verdadero regalo de los Reyes Magos, que es dado a todos y que rememora la epifanía del Cristo en mí.
Al igual que los reyes magos, descubro gozoso mi divinidad en cada área de mi vida. Si los desafíos de salud persisten, descanso en la conciencia del Cristo en mí y toco su eterna presencia sanadora. Afirmo: Mi salud es vibrante y plena eternamente. Si me siento solo o retado por las circunstancias de la vida, me enfoco en el Cristo en mí y siento cómo la luz de Dios brilla sobre mí. Afirmo: Me elevo, brillo y sé que todo está verdaderamente bien.