Debemos pensar que, para el
bienestar del enfermo, es importante que la vida del cuidador, en
este caso del familiar, tenga significado y sentido de la
realización, y que no se centre tan sólo en la atención del
paciente. Tendremos ánimos y fuerzas para seguir adelante, si
descansamos y procuramos la compañía de nuestras amistades.
Depresión:
Sensación de tristeza, desaliento. A veces apatía, angustia,
irritabilidad. Falta de apetito....insomnio. Todos, o algunos de
estos sentimientos ,son comunes en los familiares del enfermo de
Alzheimer.
Muchos encuentran alivio
compartiendo sus experiencias con otras personas que están
pasando por la misma situación. Otros se relajan alejándose
algunas horas del paciente y realizando alguna actividad que les
agrade. El descanso y el entretenimiento mejoran el cansancio y
el abatimiento.
Soledad:
Cuando debemos atender a alguien con quien compartíamos todo, o
practicamente todo, nos invade un gran sentimiento de soledad.
Aunque, obviamente, nadie podrá sustituir la relación que
teníamos tan estrecha con nuestro familiar, gradualmente
podremos ir encontrando el apoyo y el amor en nuestros amigos y
familiares.
Preocupación:
¿Será hereditario o no?. Comenzamos a tener
despistes....olvidos...y enseguida pensamos......¿estaré yo
tambien desarrollando un Alzheimer?. Se convierte totalmente en
un "monotema" esta enfermedad para los familiares.
No deben preocuparnos en
absoluto nuestros despistes, nuestros olvidos. Llevamos una gran
carga física y emocional. ¡Es normal que nos suceda!. Pensad
siempre en esta frase: "No es lo mismo perder las
llaves.....que no saber para qué sirven las llaves". Ahí
realmente es donde radica la diferencia entre los despistes de
nuestro familiar enfermo y los nuestros propios.
DE MAYORES CON aLZHEIMER