La memoria está en los besos
La cuestión no es vivir como se quiere, sino querer lo que se vive
Ya solo el titulo es muy sugerente, se trata de explicarnos, que cual quiera se puede encontrar con la enfermedad, que da lo mismo tu profesión, tu posición social, tu forma de vivir, que seas hombre o mujer. Todo el mundo un día se puede encontrar con el Alzheimer, en un amigo, en un vecino, en un familiar, etc, o en uno mismo nadie esta libre, mi deseo es que esto no sea así pero esa es la realidad.
En mi caso el primer encuentro fue con un vecino de una tía mía, fue hace muchos años y fue un cruce de miradas y un saludo, hoy se que aquel día me encontré con la enfermedad pues mi tía me lo comento “ese señor tiene Alzheimer” y recuerdo su mirada y su sonrisa, yo seguí mi camino, no conocía el alcance ni entendí entonces el tono trágico de mi tía. No encontré aquel día nada extraño, no savia que era esa enfermedad. La siguiente vez que la escuche fue cuando me dijeron que mi madre la padecía, mi padre me lo advirtió, viví sus olvidos, sus descuidos, sus lloros, sus formas raras de actuar, etc. hasta que la situación nos llevo al neurólogo y el facultativo me dijo, “su madre tiene Alzheimer”. Después conocí un carpintero, la vecina de un amigo que era ama de casa, un conductor de autobuses, la tía de otro amigo..... y hoy ya he conocido por desgracia muchas personas mas demasiadas, todas tienen algo en común la dichosa enfermedad.
Hablan del miedo, miedo al no saber que hacer, a no saber si lo harán bien. Yo no sentí ese miedo por que sinceramente no sabia que pasaría, no sabia a que me enfrentaba, incluso aquel lejano día salí de la consulta pensando que el neurólogo se había confundido, me había dicho que mi madre tenia una enfermedad que no tenia cura y yo ignorante de mi pensaba “mi madre salió de cosas peores” ¿que sabrá este medico? Y lamentable mente no se equivocó, pero no tuve tiempo a tener miedo simplemente comencé a vivirlo.
Hoy tampoco tengo miedo por que prefiero no pensar en ello, no agobiarme con lo que pasara... simplemente jugando con las palabras del titulo, “quiero lo que vivo y no pienso si querré lo que valla a vivir”.
También dice: Lo importante de cada historia es vivirla, lo maravilloso es amarla como es hoy y no como fue escrita. Yo quiero a mi madre por lo que fue, por lo que hizo en su vida y no dejare de quererla por que ahora este enferma, por que para mi sigue siendo esa persona especial, sigue siendo mi madre enferma pero es mi madre.
Comparto con los cuidadores de éstos enfermos que también se aprende mucho, para ayudarnos a entender, comprender, saber que hacer... Yo reflejo mis vivencias con el mismo fin.
Esperando que os sea útil, recibir un saludo y bonitos recuerdos
¡La arruga es bella!
Interpreto de este capitulo que se refiere a que si uno llega a la vejez con mas o menos salud es bello, yo lo comparto, pues en la mayoría de los ancianos veo la belleza de su sabiduría. Que mas da, que ya no puedan correr, que se repitan en sus historias, que tengan los despistes típicos de la edad, por que como explican en este capitulo el cerebro se enlentece. Son catedráticos de la difícil carrera que es la vida.
Con este capitulo me vino al recuerdo mi abuela, que falleció con ochenta y nueve años de edad, al cuidado de mi madre y en plenas facultades mentales, yo era muy pequeño, pero tengo muchos recuerdos de ella, como reñía a mi madre por que le decía que no sabia educarnos, para luego ella a escondidas darnos dinero para chuches, sin que la viera mi madre, por que sabia que le iba a devolver la bronca.
Recuerdo con mucha curiosidad verla poner su huella dactilar en documentos, pues no sabia escribir, pero siento no haber sido mayor para que me contara sus experiencias en la vida.
Si señores como relata este capitulo, que importa que mi abuela caminara con dificultad, que hubiera que ayudarla a acostarse y a levantarse, si su experiencia era bella, había sabido incluso a adaptarse a sus limitaciones como bien cuentan los autores del libro en este capitulo.
El caso de mi madre es distinto, para mi sigue siendo bella pues yo ya soy mayor y antes de que esta enfermedad llegara yo ya me había empapado de su sabiduría, aunque ella ya no pueda trasmitir su experiencia, yo la sé y es muy enriquecedora. Y pensareis que es una tontería pero incluso con la enfermedad yo sigo aprendiendo de ella, como por ejemplo a valorar, cosas que antes no le daba ninguna importancia, como abrir y cerrar un grifo, el pensar que algún día se nos puede olvidar hacerlo le da mucha importancia y el ver a mi madre hacerlo para mi es importantísimo.
Un saludo Cordial