Desde hace un año, en el Perú el tratamiento farmacológico no es la única alternativa para lidiar con el mal de Alzheimer, que destruye las neuronas, afecta seriamente las funciones cerebrales y ataca fundamentalmente a los adultos mayores.

Los parches se han convertido en una manera eficaz y sencilla de hacer frente a esta enfermedad que produce deterioro cognitivo, trastornos de conducta y pérdida de memoria. Este mal, descrito por primera vez en 1907 por el médico alemán Alois Alzheimer, abarca hoy alrededor del 60% de los casos de demencia a nivel mundial.

Unos 240 mil peruanos padecen la enfermedad, según la Asociación Peruana de Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias (Apead). Su origen y cura aún son desconocidos.

El parche libera la rivastigmina (un tipo de fármaco) que estimula de manera homogénea —a través de la piel— y retrasa la degradación de la aceticolina (compuesto orgánico neurotransmisor). En buen cristiano, su uso frena el rápido deterioro de las neuronas. Esta terapia, que debe ser prescrita por un médico, se aplica una vez al día en la espalda, pecho o en la parte superior del brazo.

Novartis fue el primer laboratorio en introducir este parche (llamado Exelon) al mercado peruano. La caja de 28 unidades cuesta unos 500 soles.

“El parche es de fácil aplicación y muchos cuidadores lo prefieren porque hay pacientes que no quieren tomar pastillas”, dijo recientemente Juan Altamirano del Pozo, presidente de la Sociedad Peruana de Neurología.

Hoy 21 de septiembre se celebra el Día Mundial de Lucha contra el Alzheimer. 

LA FRASE
“Mi madre era muy independiente antes del Alzheimer. Hoy depende de todos. Es triste”
JULIE FREUNDT. CANTANTE PERUANA