El saber de los ancianos
Cuando era joven pensaba:
“Mi padre no tiene razón”
Cuando era adolescente pensaba:
“Mi padre, a veces, tiene razón”.
Ahora que ya tengo una edad y
mi padre ya no se encuentra
entre nosotros pienso
“Cuánta razón tenía mi padre”
Hoy en día los ancianos ya no
son ancianos, los hemos
convertidos en miembros de
la Tercera Edad y de otros epítetos
para designarlos, supuestamente,
de manera más civilizada; pero
la realidad es que los hemos
apartado de la sociedad, los hemos catalogado como personas que
ya no son útiles, los hemos
abandonado como un mueble
viejo en el desván.
¡Qué locura! ¡Cuánto hemos perdido!
Toda la experiencia de una vida
tirada a la basura.
Pero para esta sociedad eso es
normal, para que los ancianos
puedan transmitir su saber, su
conocimiento, es necesario
escuchar y, para
escuchar, es preciso guardar silencio.
Nuestra sociedad puede ser
todo menos silenciosa; quizás
porque si calla y escucha podría
oir lo que no desea escuchar.
Dejen que les cuente una historia:
Hace mucho tiempo, un hombre
empezó a buscar la Sabiduría, viajó
por todo el mundo, aprendió muchos
idiomas y estudió con los mejores
profesores; pero él sentía que no había
logrado la Sabiduría.
Un día, en uno de sus muchos
viajes, en lo más alejado de la
ciudad, en una alta montaña se
encontró con un viejo muy
amigable y se sentó a charlar con él. Hablaron de sus viajes, de sus
estudios y de su búsqueda. Cuando
termino, el anciano lo miro y solo
le hizo una pregunta:
¿Has buscado la Sabiduría en tu interior?.
Aquel anciano no sabía idiomas,
no sabía leer ni escribir, no
conocía muchas teorías, pero
sabía escuchar y sabía también
que la experiencia enseña mucho
y que existe una gran diferencia
entre tener muchos conocimientos
y tener Sabiduría. Nadie te
puede dar la Sabiduría, esta
está dentro de ti, si no la buscas
en tu interior no la encontrarás
jamás.
Ahora piensen y recapaciten
y cuando vuelvan a pasar por
ese parque donde todos los días
nuestros ancianos se sientan a
hablar de sus cosas piensen que
alguno de ellos igual es mucho
más sabio de los que ustedes
llegaran a serlo nunca. No
apartemos a los ancianos de
nuestra vida, lo que perdemos
es demasiado valiosos.
Un saludo a todas
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