Dejemos que el silencio nos invada
y que en la noche no se escuche nada,
salvo el viento mover algunas hojas,
y el crujido de algunas ramas.
Dejemos que el alba se despierte temprana
y que alegre comience esta mañana,
con el aire fresco y este bonito jardín,
con el rocío que a la rosa baña.
Dejemos que hoy, esta mañana
nuestra salud brote de una vida sana,
que nuestras manos se estrechen en alianza,
con el puro sentimiento de confianza.
Y cuando la vida quitándonos vaya
las trabas y tambien las vallas,
agradezcamos juntos qué nos pasa
a medida que la vida pasa.