Conservando las salsas de tomate
A veces, cuando preparamos alguna receta en la que utilizamos como acompañamiento salsa de tomate natural, o salsa de tomate frito, y lo hemos comprado en envase de lata, o en tetrabrik, por ejemplo, cuando no consumimos de una sola vez todo el contenido de tomate, nos vemos obligados a conservar el resto, hasta que volvamos a utilizarlo en otra receta.
Esto es totalmente normal, y a todos nos ha ocurrido. Pero el problema surge cuando guardamos el tomate sobrante en la nevera dentro de su envase original, así sin más, y echamos mano de él al cabo de unos pocos días. En ese momento veremos que el olor, la textura, y el color del tomate, no son los que debían ser, pues el tomate habrá perdido gran parte de sus propiedades, y estará estropeándose poco a poco.
Para solucionar esto, lo más recomendable es verter el contenido de la salsa de tomate sobrante en un frasco de cristal, añadiendo al final y por encima para que cubra toda la superficie del tomate, un buen chorro de aceite de oliva en crudo. El aceite lo dejaremos en la superficie, sin mezclarlo con la salsa de tomate. De esta forma, con el aceite por encima, formando una capa de unos 2 o 3 mm. aproximadamente, estaremos formando una capa protectora que mantendrá la salsa de tomate en perfectas condiciones de uso, hasta la próxima vez que hagamos uso de ella.