Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de
tu juventud hasta que no se haya marchitado.
Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti
mism@ comprenderás, de una forma que no puedes comprender
ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo-a que eras
en realidad.
No estás tan gord@ como imaginas.
No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que
preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación
de álgebra masticando chicle.
Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen
importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu
mente, de ésos que te sorprenden a las 4 de la tarde de
un martes cualquiera.
Todos los días haz algo a lo que temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás.
No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos.
A veces se gana y a veces se pierde.
La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos
(pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo).
Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco.
Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué
quieres de la vida.
Las personas más interesantes que he conocido no sabían
qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas
de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.
Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te
hacen cuando te fallen.
Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no.
Quizá te divorcies a los 40, quizá no.
Quizá bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas.
Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado.
Optarás por una cosa u otra, como todos los demás. Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas. No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los
demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.
Lee las instrucciones aunque no las sigas.
No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es
para hacerte sentir fea-o.
Aprende a entender a tus padres.
Será tarde cuando ellos ya no estén.
Llévate bien con tus herman@s. Son el mejor vínculo con
tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen
en el futuro.
Entiende que l@s amig@s vienen y se van pero hay un puñado
de ellos-as que debes conservar con mucho cariño.
Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres
porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás.
Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te
endurezcas. Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes. Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre
subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás.
Y, cuando seas viej@, añorarás los tiempos en que eras joven:
los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los
niñ@s respetaban a los mayores.
Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga
pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con
alguien ric@ pero, nunca sabrás cuánto durará.
No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando
tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.
Sé cauto-a con los consejos que recibes y ten paciencia
con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia.
Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo
de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo
dándole más valor del que tiene.
Pero hazme caso en lo del protector solar.
Autor desconocido por mi
Un exelente dia para ti! |