Agradezco a Dios
por los hijos que me dio;
no pudo darme otros mejores,
porque los que tengo son únicos...
son como ángeles.
Porque me basta con una mirada
para saber cuánto me aman.
Cuando están tristes,
daría mi vida por verlos sonreír;
no hay felicidad más grande para mí
que verlos llegar diciendo:
¡Hola mamá!
Gracias Señor, por darme esos tesoros
que son como joyas de gran valor.
Te pido Señor,
que me ayudes a ser una buena madre,
a darles un consejo
cuándo lo necesiten,
una palabra de aliento
cuando se sientan tristes.
Ayúdame a guiarlos en este largo camino
que tienen que recorrer.
Concédeme llegar a verlos
llenos de felicidad
con sus parejas y sus hijos
formando un bonito hogar.
AUTOR DESCONOCIDO