Esta era una tortuguita que se subía a un árbol, se asomaba a una rama, y luego se tiraba de cabeza al suelo. La pobre tortuguita se hacía mierda en el suelo, pero se levantaba, limpiaba su caparazón y volvía al intento, se subía al árbol iba a la rama y se lanzaba, para sacarse nuevamente cresta y media. Asi siguió la pobre tortuguita durante mucho rato, y un par de palomas que la miraba con aire paternal se dicen: - Oye querido, y si le decimos que es adoptada? |