El programa diario del cuidador debe incluir momentos de descanso y diversión: no lo considere como un tiempo que no le dedica, sino como una fórmula para estar en mejores condiciones de atenderle. Emplee este tiempo en actividades que le agraden. Ver la televisión, leer, tumbarse un rato o ir al cine le ayudarán a relajarse.Los amigos son un punto de apoyo clave, manténgalos y si no puede salir con ellos, invíteles a su casa, explicando antes la situación actual de su familiar. Intente descubrir con ellos soluciones a los problemas, pero no centre la relación en sus quejas sobre la rutina diaria.
Es importante que realice algún tipo de actividad física, le ayudará a relajarse y a estar en mejor forma para seguir el día a día. Y siga cuidándose según sus costumbres, no lo considere una frivolidad dada su situación. A pesar de estas medidas, es probable que en determinados momentos se encuentre más nervioso.
En estos casos, deje que alguien se ocupe de usted y no rechace la atención y las muestras de afecto de quienes le rodean. Evite las situaciones con su familiar que le provocan más nerviosismo. No obstante si en algún momento se desespera y le grita, no pierda el tiempo arrepintiéndose; téngalo en cuenta para casos futuros.
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