La depresión, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, será en 2020 la segunda causa de enfermedad en el mundo. Además, investigadores del famoso Estudio Framingham del Corazón, iniciado en 1948 con los habitantes de una ciudad de Massachusetts (EE.UU.), acaban de poner en evidencia que padecerla puede casi duplicar el riesgo de desarrollar demencia.
La revista científica 'Neurology', recoge otros estudios que establecen la relación entre la depresión y el Alzheimer.
En el que nos ocupa, los científicos analizaron los datos de 949 personas, con una media de edad de 79 años, que carecían de demencia al inicio del ensayo. A todos ellos se les realizaron test para evaluar la existencia de síntomas depresivos. Además, se tuvieron en cuenta otros factores como los demográficos, el sexo, la edad, la educación y el uso de alcohol y de tabaco.
También se valoró la historia de accidentes cerebrovasculares, hipertensión, diabetes, los niveles de homocisteína (este aminoácido puede dañar el tejido que reviste las arterias y hacer que la sangre se coagule más fácilmente de lo que debiera) y la presencia del alelo Apoe4, que eleva el riesgo de Alzheimer.
Mayor riesgo de padecer Alzheimer Tras los 17 años de seguimiento, los datos revelaron que 164 participantes desarrollaron demencia. "El 22% de las personas deprimidas al inicio de la investigación desarrolló la enfermedad, en comparación con el 17% de los que no tenían este antecedente psiquiátrico". Así, según ha explicado la principal autora del estudio, la doctora Jane Saczynski, "el riesgo absoluto de sufrir demencia diez años después fue de 0,21 para las personas sin síntomas depresivos y de 0,34 para los que sí".
Este estudio también pone de manifiesto que la depresión se asocia con un incremento de las posibilidades de padecer Alzheimer y que "las mujeres con mejor nivel educativo eran las que tenían mayor probabilidad de padecer depresión”.
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