PROBLEMAS DE PIEL EN LA TERCERA EDAD
Regina Reyna
El paso del tiempo es implacable y hace que nuestros órganos pierdan su vitalidad. La piel no es la excepción y es, tal vez, donde resulta más notorio, pues si al envejecimiento agregamos factores que dañan su condición, los problemas se vuelven considerables.
El proceso de renovación celular que experimenta la piel se hace inevitablemente más lento con el paso del tiempo, lo que la vuelve más vulnerable a factores dañinos, como Sol, clima y contaminación ambiental. Igualmente susceptible se torna a trastornos propios de la edad, afectándola considerablemente y ante lo cual hay que emprender medidas preventivas.
A continuación describimos los problemas de piel más frecuentes que enfrentan los adultos mayores.
Epiteliomas. Forma más común de cáncer en la piel (95% de todos los casos), presentándose fundamentalmente como lesiones nodulares (bultos o quistes), sobre todo a partir de los 50 años y en personas de raza blanca, principalmente por exposición al Sol.
Existen dos tipos, el primero es el llamado basocelular, el menos peligroso, ya que crece con cierta lentitud y ocasionalmente se extiende más allá de su localización inicial, es decir, cabeza, cuello, antebrazos y manos; aunque es muy raro que sea causa de muerte, si se deja sin tratar puede invadir los tejidos profundos hasta el hueso, provocando serios daños (especialmente en las proximidades del ojo).
El otro es conocido como espinocelular, siendo el más grave y manifestándose muchas veces en labios, rostro u orejas, aunque a veces se disemina a lugares distantes, incluyendo ganglios linfáticos y órganos internos.
En ambos casos el epitelioma puede aparecer como pequeño nódulo blanco o rosado, de superficie lisa, brillosa y hundida, que bien pudo iniciarse como un punto áspero o descamado, y que poco a poco se fue transformando en duro y rojizo llegando a formar costras. Por ningún motivo dude en acudir al médico si presenta algún signo como los anteriores, ni tampoco si muestra pequeña úlcera que sangra y no se cura después de varias semanas.
¿Cómo afecta el Sol? Los rayos ultravioleta, sean A o B, penetran la epidermis (parte superficial de la piel) e interactúan con los compuestos que absorben la luz visible y la radiación (llamados cromóforos), ocasionando a corto plazo quemaduras solares, piel áspera, pecas, poros abiertos y arrugas, y a largo plazo los peligrosos epiteliomas. Por ello, y como protección, debemos procurar usar filtro o bloqueador solar, diariamente.
Prurito urémico. El ácido úrico es un compuesto de desecho del organismo, pero al no desalojarse de manera natural suele acumularse en forma de pequeños cristales en la piel generando irritación extrema y con ello comezón, tal como sucede por mal funcionamiento de los riñones (insuficiencia renal crónica).
Este tipo de prurito o comezón puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero tiene mayor incidencia en cara, espalda y extremidades. Como es de entender, la solución dependerá de la causa del problema, pudiendo ser en el primer caso medicamentos (alocurinol o colchicina) para expulsar el ácido, además de limitar el consumo de productos que lo contienen, como carnes rojas y alcohol, principalmente, así como mariscos, vísceras (sesos, riñones, hígado), espárragos, champiñones, coliflor y espinacas.
En el caso de insuficiencia renal, de no poderse programar trasplante del órgano, deberá contemplarse la intensificación del programa de diálisis, es decir, se tratará de sustituir las funciones renales de desecho de elementos tóxicos por medio de una máquina y filtros especiales para la sangre (hemodiálisis) o a través de un catéter o tubo (previamente introducido en el abdomen mediante cirugía) por el que se hace llegar solución especial para purificar la sangre de toxinas (diálisis peritoneal).
Xerosis. La piel produce cierta cantidad de grasa o sebo, cuya función es crear una capa impermeable que impida que la humedad se escape; cuando las glándulas sudoríparas no realizan eficientemente su trabajo no se retiene el agua necesaria y la piel se torna reseca, dando pie a xerosis. Los factores que inciden para que así suceda incluyen las dietas rigurosas, exposición a contaminantes ambientales, Sol y viento, así como determinadas enfermedades que predisponen a la deshidratación, entre las que se encuentran:
- Dermatitis. Inflamación de la piel por entrar en contacto con sustancias irritantes contenidas en plantas, productos químicos de uso común, fibras sintéticas, metales de las joyas, así como por la acción de un medicamento o alimento. Se caracteriza por enrojecimiento, ampollas, resequedad, descamación y comezón difícil de controlar; asimismo, provoca que la piel sea susceptible a infecciones producidas por hongos.
- Eccema. Brote de ronchas rojas en diversas partes del cuerpo que genera comezón intensa, irritación, úlceras diminutas y descamación. Su aparición se relaciona con los efectos del Sol, viento y miles de sustancias químicas que tienen contacto con la piel pero, sobre todo, en personas con piel seca; en ocasiones excepcionales puede manifestarse después de consumir ciertos alimentos, como leche o huevo.
- Psoriasis. Enfermedad crónica (de larga duración) que se debe a la celeridad anormal con que se renuevan las células de la piel, cuya inmadurez para protegerla provoca engrosamiento, irritación y pequeñas escamas blancas.
Lo indicado es procurar eliminar lo más pronto posible la causa por la que la piel esté perdiendo humedad, además de la aplicación de productos que le devolverán la condición natural a nuestro órgano protector, principalmente cremas humectantes con componentes como ácido glicólico (se extrae de la caña de azúcar), derivados de la vitamina A (ácido retinoico) o bien un compuesto llamado urea, que ayuda a retener el agua; los dermatólogos aconsejan eliminar el uso de jabones, ya que éstos restan acidez a la piel. Elemento vital es el agua, por lo cual se indica beber por lo menos dos litros por día.
Herpes zoster.El virus herpes zoster es causante en la infancia de la conocida varicela, pero puede alojarse en los ganglios (nudos donde concluyen los nervios) y permanecer por muchos años. Entre los 25 y 50 años de edad el microorganismo aprovechará alguna condición de debilitamiento del organismo y volverá a manifestarse generando una infección que produce erupciones cutáneas (ampollas) llenas de líquido que son muy dolorosas y sensibles, incluso al contacto con la ropa.
Lo que sigue es dolor llamado neuropático (porque se origina en los nervios) muy intenso a la altura del tórax, a nivel lumbar (en la franja entre costillas y nalgas) y con menor incidencia en el rostro. La dolencia es descrita como sensación quemante, parecida a descargas eléctricas, que llega a ser insoportable e incapacitante durante meses, y a veces años.
Actualmente, no se conoce manera alguna de predecir una erupción de herpes zoster, y no hay ningún medicamento aprobado para prevenirlo. Sin embargo, algunos estudios han mostrado que aplicar la vacuna contra la varicela a los adultos mayores, la misma que se aplica a niños, aumenta la inmunidad necesaria para bloquear el virus.
Finalmente, vale mencionar que existen otros factores que también tienen repercusión en la piel de nuestros ancianos. Entre ellos, podemos mencionar que tabaquismo, alcoholismo, estrés e insomnio aminoran las acciones de las células de la piel, por lo que se recomienda no excederse en el consumo de productos dañinos y dormir por lo menos ocho horas diarias, lo cual es importantísimo para quien entra en edad madura y busca el cuidado de su piel.