Un grupo de científicos nacionales e internacionales entre los que figuran neurólogos y psicólogos ha revisado más de mil trabajos sobre terapias no farmacológicas aplicadas al Alzheimer y ha comprobado que algunas de estas terapias retrasan el ingreso del paciente en una institución durante más tiempo de lo que lo hace el medicamento.
El trabajo, impulsado y coordinado por la Fundación María Wolff, trata de ‘poner orden’ en la maraña de publicaciones existentes sobre los tratamientos no farmacológicos para la enfermedad y clasificar así las que han demostrado tener realmente beneficios relevantes sobre algún aspecto de esta.
Y es que, explicó la semana pasada Javier Olazarán, neurólogo de la Fundación María Wolf y uno de los coordinadores de la investigación, que ’se venden’ muchas terapias para la enfermedad de Alzheimer, pero no todas han demostrado su eficacia ni todas sirven a todos los pacientes. Lo ideal, prosiguió, es conocerlas y ‘prescribir a la carta’.
En virtud de los resultados de este trabajo, en el que han participado 22 investigadores de 18 organizaciones de todo el mundo, las terapias no farmacológicas mejoran la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer y la de sus familias y algunas de ellas demuestran ‘beneficios más amplios y completos que los medicamentos’.
Así, se ha demostrado que estas terapias mejoran la cognición, estado de ánimo y conducta de los pacientes, al tiempo que reducen la carga asistencial al cuidador, lo que redunda también en un mayor bienestar para él.
Tal y como explicó Rubén Muñiz, director de Investigación de Fundación María Wolff y también coordinador del trabajo, un ejemplo de la mejora de los tratamientos para el Alzheimer que no son medicamentos está en los programas de asesoramiento y apoyo al cuidador.
Estos programas analizan la situación particular del enfermo y de su entorno, para posteriormente enseñarle a utilizar mejor los recursos disponibles, con unos resultados que, según la investigación, retrasan en casi un año el ingreso del paciente en una institución.
Para Emilio Marmanéu, presidente de la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias (Ceafa), el trabajo presentado este viernes en Madrid y en otras partes del mundo será un “documento vital” para las familias, puesto que les permitirá pedir a las autoridades, con la evidencia científica en la mano, más inversión para centros de día y para terapias no farmacológicas, que se ha demostrado que “son efectivas`.