Una Señora quería comprar un loro. Va a la tienda de mascotas y el joven que le atiende le comenta que sólo tiene un loro y que éste había pertenecido a una señora que tenía un burdel, por lo cual su vocabulario no era del mejor, sino todo lo contrario, era altamente insolente. A la señora no le importó, y dijo que lo educaría nuevamente. Llega a su casa, destapa la jaula y el loro comienza:
"Nueva casa, nueva madame".
La señora suelta una carcajada, y espera ansiosa a que sus hijas lleguen de la escuela. Llegan las chicas y el loro al verlas dice:
"Nueva casa, nueva madame, nuevas putas"..
Las hijas no pueden contener la risa y esperan a que su padre llegue para que vea al loro.
Llega el padre a la hora de la comida y el loro dice:
"Nueva casa, nueva madame, nuevas putas, pero los mismos clientes... ¡¡¡Hola Evaristo. !!!" |