La terapia de reemplazo hormonal (TRH) ayudaría a proteger a las mujeres de más de 40 años de desarrollar demencia en algún momento, pero demorar el inicio de la terapia podría tener el efecto inverso, publica Annals of Neurology.
Según el equipo de la doctora Rachel A. Whitmer, de Kaiser Permanente de California del Norte, en Oakland, los resultados coinciden con la teoría de la ventana crítica, que sostiene que el estrógeno protege la salud neurocognitiva sólo si se utiliza durante o inmediatamente después de la menopausia.
Tomar estrógeno años después de la menopausia no aporta beneficio alguno y hasta podría ser dañino.
Los autores analizaron datos de más de 5.500 mujeres que dijeron estar en la menopausia durante distintos controles médicos entre 1964 y 1973.
En 1999, ninguna de esas mujeres había desarrollado demencia. Pero si lo hizo el 27 por ciento entre 1999 y el 2008.
Con la información de las bases de datos de los planes de salud y de las farmacias, el equipo pudo determinar que, comparadas con las mujeres que nunca habían usado TRH, las que la utilizaron a mediana edad (48,7 años en promedio) tenían menos riesgo de desarrollar demencia.
En cambio, las mujeres que la utilizaron más adelante (76 años en promedio) tuvieron un aumento del riesgo de desarrollar demencia. Ese riesgo creció aún más en las usuarias mayores con un accidente cerebrovascular.
Las mujeres que utilizaron TRH en ambos períodos (perimenopausia y años después) tuvieron el mismo nivel de riesgo aquellas que nunca habían tomado las hormonas.
Y estos resultados fueron independientes de las diferencias sociodemográficas, la realización de una histerectomía, la cantidad de hijos, las comorbilidades vasculares y otros factores confundentes.
El equipo sostiene que los futuros enfoques demandarán ensayos clínicos en los que la TRH comience en la etapa perimenopáusica o la posmenopausia, con marcadores indirectos de demencia, como la función cognitiva.
Fuente: Medlineplus
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