Las jornadas de Isabel empiezan antes de que salga el sol y acaban muy tarde en la noche. Sus múltiples roles de mujer trabajadora, madre, esposa, estudiante, y en una época cuidadora de su padre con Alzheimer, le han dejado con altos niveles de estrés y, muchas veces, exhausta. Su hermana, con quien se turnaba para cuidar a su progenitor, y quien es también madre y trabaja, terminó un buen día en un hospital con ataques de pánico. Los múltiples roles le pasaron la factura de cobro a su salud.

Como ellas, cientos de mujeres hoy día se ven obligadas a desempeñar varias funciones al mismo tiempo, con delicadas consecuencias para la salud.

La doctora Catalina Jacobs, del departamento de Behavioral & Collaborative Medicine en el South Miami Hospital, explica que la mayoría de mujeres en esta situación sufren no sólo de estrés, sino también de ansiedad.

“Están en mayor riesgo de desarrollar una enfermedad porque producen más cortisol, ´´ dijo. ´´Pueden aumentar de peso, llegar a desarrollar presión arterial alta y niveles más altos de colesterol”. Como si fuera poco, las mujeres que además deben cuidar de otra persona, tienen más riesgo de morir porque tienen dificultad para cuidar de sí mismas, pues siempre están demasiado cansadas o, sencillamente, no tienen tiempo para acudir al médico.

El problema es tan grande que los expertos lo han catalogado como “un desorden con proporciones de epidemia”. Se le atribuyen varios títulos como el ‘síndrome de la cuidadora’, o el síndrome de la ‘mujer multitask’ o ‘síndrome de la supermujer’.

El doctor Brent Bost, ginecólogo-obstetra, investigador y conferencista, y autor del libro The Hurried Woman Syndrome (Síndrome de la mujer apurada), dice que la cifra de mujeres afectadas sobrepasa los 50 millones.

“Como resultado, las mujeres sufren de fatiga, aumento de peso y bajo deseo sexual”, dice. “El denominador común detrás de esto es el estrés al que ellas se someten”, añade. “En nuestra página de internet damos la opción de hacer un test para saber cómo está y acudir a su médico y dejarle saber lo que le está pasando”.

El doctor Bost, señala que la mayoría de quienes padecen este problema oscilan entre los 25 y 55 años, son madres con hijos entre los cuatro y los 16 años, trabajan fuera de casa, pero en su estudio encontró un alto número de mujeres que permanecen en casa y lo padecen porque igual cumplen con miles de tareas en el hogar.

“Lo más importante es que deben simplificar sus vidas”, recomienda el doctor Bost, quien viaja dando conferencias sobre el síndrome. Aclara que no solamente las madres lo llegan a sufrir, sino también mujeres sin hijos con carreras muy exigentes y estresantes, que cuidan un familiar enfermo y además encaran demasiadas responsabilidades. “Todo esto hace que los síntomas sean peores”, asegura el médico.

Los dos expertos coinciden en establecer un orden de prioridades para no acabar física y mentalmente agotadas.

La doctora Jacobs sugiere hacer un balance de necesidades propias y del otro, aceptar que no se puede hacer todo al mismo tiempo y reconocer que hay límites, sin sentirse culpables, aceptar o buscar ayuda de otros, hablar con la familia o pagar por la ayuda necesaria; no ver todo en blanco y negro, reconocer que en algunos casos se es perfeccionista y acudir a un profesional y aceptar que no todo sale bien.

Los altos niveles de estrés que estas mujeres desarrollan pueden llevar a un estado de pre-depresión o a una depresión como tal, según los expertos.

Para combatirlo, la revista de salud de la Escuela de Medicina de Harvard, entregó este mes de Mayo un especial con 10 pasos para de-sestresarse. Establecen los expertos que el estrés, aparte de estar relacionado con enfermedad cardíaca y apoplejías, considerados respectivamente como la primera y tercera causa de muerte en Estados Unidos, está implicado en una serie de condiciones de salud como enfermedades crónicas respiratorias, episodios asmáticos, problemas gastrointestinales y artritis reumatoide.

Entre los 10 pasos se incluyen: identificar la causa del estrés o lo que lo ocasiona, aprender a manejar el tiempo. Si siempre se le hace tarde empiece por darse unos diez o quince minutos de ventaja; buscar ayuda en las tareas, así sea en el sitio de trabajo, aplicar la técnica de parar-respirar-reflexionar y decidir; recibir un masaje, hacer pequeñas sesiones de ejercicio e incluso recomiendan cosas tan sencillas como darse un baño de tina, porque pueden reducir su tensión.

Orar, alimentar su mundo espiritual o practicar yoga, es otro camino que algunos expertos recomiendan para lograr relajarse.

Los médicos señalan que a veces un simple paseo por la playa o una caminata por su vecindario o el parque más cercano, puede ayudar a ver las cosas de otra manera y ayudar a reducir los estados de ansiedad.

Más información en el: (786) 662-8106, South Miami Behavioral and Collaborative Medicine Program; visitar: www. hurriedwoman.com, http://www.health.harvard.edu/healthbeat/10-simple-steps-to-help-destress, www.baptisthealth.net. Para el libro acudir a su librería mayorista o Amazon.com