Foto: Ainhoa Gomà
El marinado de salmón suena a proceso complicadísimo, cuando en realidad es más simple que freír un huevo. Al menos cuando se hace al estilo noruego. No hay más que ponerlo en una fuente o tupper, echarle por encima sal, azúcar y otros ingredientes, taparlo, meterlo en la nevera y esperar tres días. Sin más.
El salmón cocinado de esta forma se denomina gravlax. La palabra deriva de grav (entierro), que es más o menos lo que haces con el pescado al tratarlo así. A mí me parece un método de conservación brillante, que logra que el salmón adquiera una textura y un sabor brutales. Además admite las variaciones que te dé la gana, incorporando tus hierbas, licores o especias favoritas.
El gravlax está buenísimo en canapés, poniendo un poco de mantequilla en el pan y una gota de mostaza. También funciona muy bien en una ensalada de patatas, con huevos revueltos o en ensalada. Os lo recomiendo para Navidad: es barato y se hace con la gorra.
Dificultad
Para cabezas huecas.
Ingredientes
Para 6 personas
- 1 filete entero de salmón fresco de 1 a 1,5 kg aprox.
- 50 ml de coñac
- 1 cucharada de eneldo picado fino
- 1 cucharada de semillas de mostaza
- 1/2 cucharadita de ralladura de limón
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1 cucharadita de guindilla en copos (opcional)
- 1/2 cucharadita de pimienta negra en grano machacada
- 1 y 1/2 cucharaditas de azúcar
- 3 cucharaditas de sal
Preparación
1. Mezclar en un bol pequeño el eneldo, la ralladura de limón, la mostaza, el pimentón, la pimienta negra, el azúcar, la sal y la guindilla si se quiere un punto picante.
2. Acostar el salmón en un tuper o en plástico. Mojarlo bien con el coñac y espolvorearle la mezcla anterior por encima de manera uniforme. Tapar, meter en la nevera y dejar tres días.
3. Filetear justo antes de servir.