Nada puedes hacer respecto a tu pasado, pero mucho en relación a tu futuro. Recibir la misericordia de Dios y seguir adelante queda ilustrado en la siguiente historia. Tres hombres llevaban dos bolsas cada uno; una adelante, hacia su pecho; otra detrás, en su espalda. Un extranjero preguntó al primer caballero qué había en las bolsas. El hombre respondió: “La bolsa que llevo en la espalda está llena de todas las cosas buenas que me han sucedido y, en la bolsa que llevo adelante tengo todas las cosas malas que me han ocurrido”. El extranjero pensó: “Este hombre se enfoca constantemente en las cosas malas que ha vivido y ni siquiera puede ver las buenas que lleva en su espalda”. Luego, le hizo la misma pregunta al segundo caballero y recibió la respuesta contraria: “La bolsa que llevo atrás está llena de todas las cosas malas y, la que llevo adelante, está repleta de las cosas buenas que he vivido”. El extranjero pensó: “Al menos puede ver lo bueno y no centrarse en lo negativo. Pero ambas bolsas atiborradas de cosas lo agotan y hacen que su paso sea lento y pesado”.
Finalmente, aquel extranjero formuló la misma pregunta al tercer hombre. Entonces éste respondió: “En la bolsa que llevo en mi pecho he colocado todos mis logros y victorias y, la bolsa que llevo en mi espalda está vacía”. “¿Por qué está vacía?”, inquirió. El hombre contestó: “Puse todos mis errores, fracasos, culpas y vergüenzas en esa bolsa, luego hice un agujero en el fondo para perder esas cosas por el camino. De ese modo, lo bueno que veo a cada instante me da ánimo para seguir y, la bolsa vacía de atrás es como una vela al viento que me lleva más rápido a mi destino, impulsándome con fuerza hacia adelante”.
¿Dónde llevas tus recuerdos malos? ¿Tienes en tu mente una colección detallada de lo que has hecho mal? ¿No sería bueno que perdieras esas cosas en el camino de la vida? ¿Qué te impide recibir el perdón de Dios? Imita al tercer hombre de la historia. Suelta lo malo, quédate con lo bueno y sigue adelant