ADIOS SIN QUE DUELA
El amor, no es eterno.
El tiempo lo roe, lo desgasta, lo mutila
Y el egoísmo lo destruye.
Ni una brizna de piel nos queda.
Pero la necesidad del otro,
es tan profunda.
Que hasta la breve ausencia,
duele demasiado.
Te siento lejos, y a la vez tan cerca.
Me das paz y sosiego,
en las noches tormentosas de silencio.
Tardes serenas,
pobladas de murmullos lejanos,
que traen hasta mí,
la esencia del abandono
Desordenado...
Ven, regálame una ternura callada,
un puñado de estrellas,
una mañana azul de porcelana y
nuevos sueños.
Para volverlos a sentir,
un instante en la palma
de mis manos.
Ven, regálame una nueva ilusión,
una sonrisa leve,
una aurora de jazmines,
Para decir Adiós,
sin que me duela!
Graciela Villaverde