Existe un momento cada día al amanecer cuando el sol se asoma sobre el horizonte. El cielo se transforma de tonos de azul cobalto a un naranja castaño. Cada amanecer me recuerda las posibilidades infinitas en mi vida. Mi corazón se reconforta por el sol naciente y el gozo de un nuevo día.
Respiro en la quietud y belleza del momento presente. Descanso en contemplación callada y doy gracias por las oportunidades que este día tiene para ofrecer. Disfruto de paz y alegría. Como el sol que surge en el horizonte, existe un amanecer de conciencia en mi mente y corazón. La luz del espíritu crístico resplandece en mí, irradiando calidez, compasión y felicidad al mundo. Soy renovado y transformado en radiante gozo.
Así que él volverá a hacerte reír, y en tus labios pondrá una radiante sonrisa.—Job 8:21
La libertad es mía mediante la presencia moradora de Dios.
La libertad es tanto una realidad como un sentimiento. La realidad es algo experimentado en el mundo a mi alrededor: la habilidad de practicar la religión que elija, viajar donde lo desee y decir lo que pienso sin temor de persecución ni represalia.
El sentimiento de libertad es una experiencia en mi mente, corazón y espíritu. Siento la presencia de Dios en mí como sabiduría y paz y sé que soy guiado a través de las pruebas y tribulaciones de la vida. La presencia de Dios está conmigo a cada paso y en cada decisión. Me siento seguro y protegido.
Aunque las condiciones del mundo pueden afectar mi mundo externo, mis sentimientos son únicamente míos. Soy libre en la presencia de Dios.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.—2 Corintios 3:17
La confianza que los niños tienen en sí mismos aumenta cuando reciben apoyo. Hoy bendigo a los niños en mis oraciones afirmando para cada uno:
“Eres una creación de Dios, llena de luz y vida. Que siempre expreses la paz y el amor que moran en ti. Que tu vida sea bendecida más allá de toda medida con experiencias maravillosas que creen recuerdos significativos y duraderos.
“Veo que eres un ser que ama y respeta toda manifestación de vida. Veo que expresas tus talentos, habilidades y tu personalidad única ofreciendo luz y gozo a los demás. Te bendigo con paz y alegría. Te veo fuerte, y seguro a medida que exploras el mundo. Camina con fe y amor, porque eres una creación de Dios”.
Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de los cielos es de los que son como ellos.—Mateo 19:14