Busco aprender y crecer en comprensión espiritual.
La vida me insta a avanzar en mi jornada de crecimiento y práctica espirituales. Mas periódicamente anhelo algo más. Quizás un susurro interno me aliente a explorar una profundidad mayor o un acontecimiento propicie un nuevo capítulo en mi vida. La vida es una serie de finales, nuevos comienzos y transformación.
Soy más que mi ser físico, que mi trabajo y que los papeles que desempeño en mi vida. Aunque estos aspectos me ofrecen significado y satisfacción, entretejida en ellos está mi búsqueda de crecimiento en comprensión espiritual. Incluyo tiempo cada día para la reflexión, la oración y la meditación, porque ellas me alientan y fomentan mi deseo de conocer y expresar más de mi naturaleza divina.
A partir de este momento les daré a saber cosas nuevas y secretas que no conocían.—Isaías 48:6
Reconozco el Cristo en todas las personas y visualizo paz en todo el mundo.
La paz mundial comienza en mí cuando reconozco el Cristo en todas las personas, no en unas cuantas. Honro y reconozco que existen muchos caminos hacia Dios. El Cristo morador está en todos y cada uno, aunque se Le dé nombres diferentes.
El Cristo morador es mi esencia espiritual, mi conexión con el Espíritu. Cuando tengo presente esta Verdad espiritual, todo es posible. Utilizo mi imaginación, así como mi fe, para visualizar la paz y verla demostrada en todos los países y entre todas las personas.
Hago mi parte para promover la paz. En mis relaciones personales digo palabras que fomenten la armonía y la aceptación. Demuestro paciencia. Expreso bondad. Perdono fácilmente y estoy en paz.
Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.—Romanos 14:19